yayufics
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Juntos (+18) oneshot Genpachi x Shino

Ir abajo

Juntos (+18) oneshot Genpachi x Shino Empty Juntos (+18) oneshot Genpachi x Shino

Mensaje por PieronoNeko Miér Abr 24, 2013 9:21 am

Bueno.... Aquí les dejo un one shot^^
pareja: Genpachi y Shino
Anime: Hakkeden
Advertencia: Lemon sexoso y pornoso
Género: romance~~ sexo

A disfrutar!! XD

Juntos

"Shino", ese nombre no se iba de su mente por un momento. Una simple palabra que desprendía el dulce aroma a libertad. Una persona capaz de transportarlo a otro universo con una simple sonrisa, agrandando aquellos ojos como el profundo mar verdoso con pequeñas pepitas de oro en el fondo. Recordar los mechones rebeldes del color de las moras sobre sus mejillas, cayendo despreocupados y sencillos. Él era lo más importante en su vida desde el suicidio de su mujer. 
-Shino -repitió en un murmuro doloroso como la hoja del puñal más afilado, hoja empapada en veneno letal. Una punzada mortal. 
De cierta forma lo necesitaba, ansiaba desde lo más profundo de su alma. 
¿Por qué tenía que huir? Estúpido Sousuke. Todo era su culpa. Cada vez que se enfadaban, Shino, huía a alguna parte infestada por demonios, arriesgando su pequeño cuerpo inmortal. Provocando la ira de Murasame. 
Otro suspiro escapó por la garganta, otro que se perdía entre el frondoso bosque en primavera, resguardándose bajo los pétalos de alguna flor silvestre, puede que colgando de las ramas vestidas por el color verde de dicha estación. No lo sabía.
Un ruido lo distrajo, arrancándolo de sus pensamientos. Algo se movía tras un arbusto y estaba seguro que no era un animal. 
Adoptando la postura de combate se puso alerta. ¿Estaría bien? Shino. 
-¿Quien anda ahí? -el arma se fue deslizando por el cinturón del uniforme de militar, produciendo un ruido suave y feroz. 
No obtuvo respuesta de algún tipo. Silencio. Los arbustos dejaron de moverse en el acto haciendo que la desconfianza se apoderara del. 
Sin pensárselo mucho estiró la empuñadura de la espada, golpeando con sumo cuidado lo que pudiera esconderse tras ellos. 
-¡Auch! -grito una voz infantil haciendo que, Genpachi, esbozara una sonrisa triunfante y aliviada.
-Shino -lo llamó cortante, haciendo gala de su imponente tono de militar.
-¿Gen? -aquellos ojos se tornaron tristes, decepcionados. Aquello le dolía.
-Esperabas a Sousuke. Lo siento -apartó la mirada. 
¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser Sousuke el origen de aquella ansiedad? Solo le provocaba dolor y sufrimiento, sin duda él podría proporcionarle algo mejor. 
-No es eso -aquellos ojos penetrantes se posaron sobre una hija caída cualquiera, perdidos en ella por completo. 
Dolía. De alguna forma aquello dolía.
Enamorado de un crio de trece años, eso era el colmo. 
Giró sobre sus talones, con la firme intención de irse. Cuando dijo que Shino era su tipo no lo había echo en serio, ¿No? 
-Entonces me voy -gruñía en su interior. -Ten cuidado -pero, por más que se esforzaba en mostrar indiferencia no podía. Shino era alguien demasiado importante para él, pero Sousuke se la llevaría. 
Algo, una sorpresa, le impidió marchar pues las manos de Shino agarraban la base de su chaqueta, con aquella mirada suplicante. 
-No me dejes -susurró caprichoso. -Gen... No me abandones ahora. 
-Shino...
Como una llama ardiendo, una explosión de gas, sus miradas se encontraron un momento, una milésima de segundo. Él era fuego y, Shino, el hielo que lo apagaba. 
Se agachó para mirarlo a los ojos, más afectados que nunca. Con las manos atrapó la cabeza, obligándolo a permanecer frente a él. 
-¿Que ocurre, Shino? 
-Gen... -cerró los ojos. 
Le latía el corazón con fuerza al ver como los brazos se alzaban para sujetar aquella chaqueta verde oliva, para apretar las manos en ella y aferrarse. 
-¿Te hizo daño? -su tono se transformó, ya no era frío y distante. Ahora era cálido, reconfortante, pero solo para esa persona, solo para Shino. 
Negó con la cabeza.
-Que va, al menos no físicamente. -silencio. -Gen... -murmuró minutos después. -Gen, tu.... ¿que soy para ti?
Se le encogía el corazón con aquella pregunta. ¿Como podía preguntar algo así? Sin pensarlo dos veces, siendo un impulso, lo arropó entre el calor de sus brazos, dejando, solo a él, que sintiera el lugar donde, una vez, habitara otra persona. Ahora solo era su propiedad. 
-¿Como puedes preguntar eso? -poco a poco se le quebraba la voz. Sintió miedo, miedo de perderlo. -Lo eres todo y más. Tu eres la razón por la que no me vuelvo loco siendo inmortal, viendo como todos mis allegados mueren. La luna que ilumina mi noche más oscura, o el sol que calienta mi cuerpo en pleno invierno. -una lágrima se derramó, otras muchas caían sin control por el rostro de Shino, quien empezaba a sonreír. -¿Que ocurre?
-Gen. Soy feliz -mientras una carcajada melodiosa inundaba el bosque, ese chico rodeaba el cuello de Genpachi, sumiéndolo en ese estúpido estado de felicidad. 
Ambos, cayendo sobre la fresca hierba, con las hojas pegadas a sus cabellos, reían. ¿Que estaba pasando? Solo el sol era testigo de eso. 
Feliz. Solo podía ser feliz acariciando el suave rostro de porcelana de ese joven tendido sobre su cuerpo. 
-¿Que ocurrió? -comprensivo. 
Se tornó en un semblante serio y se apartó ligeramente sentándose en el suelo. 
-Discutí con Sousuke. -dijo furioso -No entiende que quiera estar contigo. ¡Ese idiota! Se deja manejar por la iglesia y no comprende que pueda amar a un hombre. -¿era él? -se justifica diciendo cosas como: "tu solo eres un niño". ¡Solo mi cuerpo! Yo tengo dieciocho años -¿era él?.
-Shino...
-Pero no lo comprende. Algunas veces pienso que es como Satomi, igual de obstinado...
-Shino...
-Amargado y cascarrabias. No lo comprendo. ¿Que tiene de malo?
-¡Shino!
Una vez tuvo la atención del muchacho, sonrió y dejó posar los labios sobre los suyos.
Al principio de una forma lenta, rozando con suavidad. Shino era tan torpe... Pero, a medida que el beso se prolongaba, también se intensificaba, aferrándose el uno al otro y dejando que sus lenguas se conocieran en los rostros sonrojados. 
Todo era tal y como lo había imaginado, perfecto. Shino tenía un ligero sabor a miel y avellanas, a frutos secos del bosque que se mezclaban con su aroma a flores silvestres. 
-Gen... -jadeaba. 
Su nombre en sus labios era sexy, apetecible.
-Como digas mi nombre otra vez me veré obligado a devorarte -advirtió deseando hacerlo.
-Gen...pa...chi -canturreó el pequeño juguetón. 
-No hay vuelta atrás.
Una vez esas palabras salieron de sus labios devoro de nuevo los otros. Cada vez que el beso se intensificaba, lo hacía también el miembro de ambos. 
-Quítate esto -le quitó la gorra del uniforme, tirándola en algún lugar del bosque.
-Como quieras -Genpachi comenzó a deshacerse del uniforme por completo. Quedando totalmente desnudo ante un Shino Estupefacto y ansioso.
-Desnúdame -ordenó, esta vez completamente serio. 
Gen, con el miembro golpeando ya el abdomen, se acercó a él y empezó a deshacerse de su ropa. Deslizando la camiseta con lentitud, disfrutando de las vistas a su pequeño cuerpo delgado. Desabrochando el pantalón y sujetándolo en brazos para quitarlo del todo. 
Se contemplaron, como si esa fuese la primera vez que se veían. Las manos de los dos palpaban el torso del otro, hasta que se sumieron en un profundo abrazo. 
-Te quiero -se confesó Genpachi besando el cuello de Shino.
-Hazme el amor, Gen -suplicaba él entre gemidos. 
-Como ordenes.
Lo tumbó en el suelo para poder besar cada parte desnuda, cada centímetro de piel del pecho, mordiendo aquellos pezones rosados y erectos. 
Ver el rostro perlado por el placer de Shino, sentir sus manos hundirse en la espalda o escucharlo gritar eran los mayores placeres. Pero, lo que realmente atesoraba, era la aceptación de aquel chico, el momento en el que decidió que quería sentirlo dentro. 
La mano de Gen descendió hasta encontrarse con un miembro totalmente erecto, pequeño y húmedo. 
-G...Gen -las palabras se ahogaban en su garganta. 
Todo su cuerpo se estremeció cuando empezó a masajearlo mientras, la otra mano, se colaba en su trasero para prepararlo. 
Gritó por la impresión, pero no tardó en dejarse llevar por el ritmo de los dos dedos, o de la mano en su pene. 
-Estás muy mojado -observó con una sonrisa satisfactoria.
-No puedo más. Gen... Ya... Házmelo ya. 
Insaciable y mandón. Ese chico lo tenía todo. 
Separándole las piernas comenzó a introducir el pene en su trasero. Era estrecho, pero estaba muy mojado. 
Shino gemía y se quejaba, pero la punta ya estaba dentro. De una estocada terminó de penetrarlo.
-Duele. ¡Duele! -gritó. -Gen, me duele.... -las lágrimas descendían por sus ojos.
-Shh tranquilo, solo es un momento, ¿vale? -lo incorporó sobre sus caderas, quedando los dos sentados y descansando. Shino debía acostumbrarse. 
-Gen... Te quiero -y, entonces,  comenzó a mecerse sobre las caderas.
-Shino -gimió.
Ambos se movían, uno dentro del otro. Con estocadas suaves y precisas, limpias y placenteras. 
Shino parecía cabalgar sobre unas caderas perturbadoras, dejando que todo su cuerpo comenzara a sumirse en su pecado, en el del baile sensual del ardiente deseo cada vez más rápido, cada vez más intenso, cada vez más feroz. 
-Gen, me corro -sollozaba llegando al éxtasis del sexo.
-Shino, espera, espera.
Genpachi transformó su rostro de piedra, dejando la barrera bajada, en una mueca de placer. Sonrojado, al igual que aquel muchacho egocéntrico. 
-Gen, por favor. Déjame correrme -respiraba entrecortado, interrumpiendo cada palabra por otra nueva estocada mucho más ruda que la anterior. 
En la espalda de Genpachi se percibía el tatuaje de las uñas de Shino, la marca de lo que estaba pasando ese día en ese bosque. Lo que comenzaba a nacer entre ellos.
-Ahora Shino, juntos -ordenó apenas sin aire. 
Sintieron que rompían, como sus miembros se contraían en los espasmos de la euforia, en el éxtasis final, llegando, así, al orgasmo. 
Rendidos y vacíos, se desplomaron sobre la hierba, cubriéndose con la chaqueta militar de Gen.
-Y... ¿Ahora que? -preguntó Genpachi abrazando a Shino.
-Gen. Ahora es obvio que eres mío, ¿no? -refunfuñó el joven. -Eres mi novio, así que protégeme todo el tiempo.
Sí. Ese chico podía ser egocéntrico, aparentar egoísta y maleducado. Pese a todo poseía un corazón que no le cabía en el pecho. 
Rindiéndose al cansancio permanecieron juntos todo ese día y la noche, abrazados. La mañana era incierta pero, una cosa estaba clara, ocurriera lo que ocurriera, estarían juntos, apoyándose el uno en el otro, para afrontarlo.
PieronoNeko
PieronoNeko
Admin

Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 24/04/2013
Edad : 28
Localización : En un lugar de mi mente pornosa

https://yayufiction.activo.mx

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.